Unas curiosidades antes de empezar.
Cada día que me paso por aquí estoy más contenta por haber tomado la decisión de postear sobre mi pastelería y muchas recetas de ricos dulces. Disfruto a tope los distintos momentos mediante los que va tomando forma una entrada como la de hoy: pensar sobre que pastel o dulce voy hablar, organizar mis ideas, fotografiar el plato y, finalmente, redactar el post y editar las imágenes. En parte, todo lo que supone esta actividad me sirve para desconectar. A pesar de estar cada día más de nueve horas y alguna que otra más, (ejem...Semana Santa, Navidades, Halloween...) pasteleando en mi diminuta tienda de carballiño (Pastelería Raquel), y organizar toda la parafernalia para que las fotos os resulten lo más apetecibles posible me ayuda infinitamente más de lo que creía a dejar de pensar en lo que dejo atrás cuando bajo la trapa.
Lo hago por pura diversión, con todo el gusto del mundo. Como he comentado por aquí en más de una ocasión, no quiero sentirme "obligada" a postear recetas con una frecuencia determinada, si no que quiero que sea algo que surja de forma espontánea, cuando tenga una receta chula de un dulce o pastel que subir y para redactarla con calma.
Pues bien, con este ánimo de disfrute y en un intento de unir en un mismo dulce el sabor de lo tradicional y casero con lo más 'modernito', tuve la idea de encargar unos mega dulces y tartas a mi estupendo pastelero de aquí de ourense. No sé si logré ese objetivo inicial, pero lo que resultó fue tan tremendamente delicioso, que en cuento salieron a la venta supe que merecerían un hueco en este espacio. Os sorprenderá su sabor y su interior tan tierno, así como esa base. Y os sorprenderán toda la clase de exquisitos dulces que aún faltan por llegar a mi mostrador y chucherias de todo tipo de las que os hablaré más adelante.
🍰🍰🍪🍦🍧🍨 😊
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